Cualquier cirugía, incluso la más benigna, estresa al cuerpo. Tu tiempo de curación se acelerará y el riesgo de infecciones y problemas de cicatrización disminuirán si sigues los consejos de tu cirujano sobre nutrición, optimizando los resultados quirúrgicos.
La dieta de una cirugía plástica: qué poner
A menos que sigas una dieta especialmente formulada, es poco probable que obtengas la cantidad diaria recomendada de minerales, vitaminas y nutrientes más beneficiosos para ti durante la cirugía y la recuperación posquirúrgica. Tu cuerpo requiere más nutrientes antes y después de un procedimiento quirúrgico para promover la curación de las heridas.
Las proteínas son esenciales para la producción de nuevas células sanguíneas y colágeno. También son vitales para un buen funcionamiento del sistema nervioso central e inmune. Determina tu ingesta diaria de proteínas, idealmente 1.5 gramos al día, por cada kilogramo de tu peso corporal, si eres hombre.
Las mujeres deben aspirar a 1.2 gramos de proteínas por kilogramo de peso corporal al día. Estos son los mínimos ideales y deben ajustarse según sea necesario. Las mejores fuentes de proteínas en una dieta de cirugía plástica son los pescados bajos en grasa, los huevos, las carnes magras orgánicas y las proteínas vegetales como los productos de soya, semillas, nueces y quinua.
Vitaminas y minerales
La presencia de radicales libres crece en respuesta al estrés quirúrgico. Pueden retrasar la curación y causar daño tisular. Para evitarlo, debes complementar tu dieta con una variedad de antioxidantes como las vitaminas A y C, el selenio y el manganeso. Come una variedad de frutas y verduras orgánicas al menos cinco veces al día, son ricas en antioxidantes.
Agua: Bebe 2 litros al día como mínimo.
Después de la cirugía
Se necesitan cinco veces más nutrientes de lo normal después de una cirugía para ayudar a prevenir infecciones y fomentar la curación rápida. Una buena nutrición respalda tu sistema inmunológico ya que evita infecciones y reduce la hinchazón, el dolor y la inflamación. Se puede continuar con árnica, probióticos, glutamina y suplementos similares.
Los alimentos suaves y fáciles de digerir se deben comer hasta 72 horas después de la cirugía, ya que el estrés generalmente compromete la digestión. Se pueden comer alimentos ricos en grasas monoinsaturadas, productos con aceite de oliva virgen extra y alimentos como el aguacate, las cerezas agrias y los arándanos. Estos últimos han demostrado tener importantes efectos antiinflamatorios.
Continúa evitando los alimentos que tienen grasas saturadas, grasas trans y azúcares refinados ya que pueden aumentar la inflamación. Pero tres días después de la cirugía, puedes reanudar los suplementos que dejaste de tomar antes de la operación, mientras tanto continúa evitando la sal, el azúcar, la cafeína y el alcohol.
Cuanto más devota sigas esta dieta después del procedimiento, mejor será tu experiencia con la cirugía estética y tu velocidad de recuperación.
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